Natasha huyó a Odessa y se convirtió en una de las más de ocho millones de personas que se han desplazado internamente en el país
Junto a sus dos hijos Maxim y Sasha –y su gato, Niusha–, desde fines de abril vive en un departamento de esta localidad costera del oeste de Odessa que es parte de una casa que manejan aquí dos monjas polacas de la. Se trata de una Congregación que se dedica a los pobres y a los enfermos que, desde que comenzó la invasión de esta exrepública soviética por parte de Putin, también ayudan a los damnificados por esta insensata guerra.
disparaban a los civiles, había explosiones, tiroteos y nos la pasábamos la mayoría del tiempo encerrados. Pensé mucho en la muerteDe 39 años, moviendo la cabeza y con mirada triste, Natasha cuenta que en verdad ella nunca quiso irse de Kherson, donde quedaron su mamá y su hermana. . Como el más grande tiene 17 años, estaba bajo riesgo porque empiezan a registrarlos para el servicio militar ya a los 16″, indica. “Y el más chico, que tiene 15 años, como es muy deportista y, además, muy conocido en Kherson por ser muy bueno en tiro al blanco, también estaba bajo riesgo de que lo obligaran a incorporarse al servicio militar ruso”, explica.