Cerca de Maragogi y Porto de Galinhas, una opción de playa agreste y tranquila, con bellas piscinas naturales.
surge como una opción con naturaleza de características similares a sus playas vecinas pero con menos afluencia de público.Japaratinga es una pequeña localidad que nació hacia 1800 como una colonia de pescadores y aún conserva su aire de aldea con alrededor de 6 mil habitantes.
Más allá de los hoteles hay algunos restaurantes a 200 metros de la playa, y kioscos de bebidas o de artesanías, pero es un destino agreste y no tiene vida nocturna fuera del resort., que aunque se encuentra en el centro, logra mantener un ambiente apacible. Este no es un detalle menor y hay que informarse bien antes de salir, preguntándole a los dueños del alojamiento elegido, a los “lancheros” que están en la orilla o en los bares de la zona. Al estar regidos por los niveles del agua de cada día,, que incluyen nadar en el mar o hacer paseos en barco.
El traslado en lancha o catamarán dura menos de media hora, mientras que el paseo en jangada . Pero el recorrido de apenas dos kilómetros será un placer, al permitir disfrutar de los colores del mar, donde el sol va resaltando los tonos verdes y azulados de sus profundidades cambiantes.