El presidente brasileño criticó la interrupción del embarazo de la menor de edad, que llevaba casi siete meses de gestación.
tanto ella como el bebé fueron víctimas, almas inocentes
, vidas que no deben pagar por lo que no son culpables, sino ser protegidas del entorno en el que viven, de la del dolor del trauma y del acoso despiadado de los grupos pro-aborto".
La jueza alegó que dar luz verde a un aborto a esas alturas de gestación sería un"homicidio", a pesar de que la víctima tenía derecho al mismo, y además determinó el ingreso de la niña en un internado para evitar que lo hiciera. El asunto acabó en manos de la Justicia después de que el citado hospital de Florianópolis se negara a interrumpir en un primer momento el embarazo de la menor porque contrariaba sus protocolos internos.
Sin embargo, el Ministerio Público Federal recomendó en la víspera al hospital que cumpliera con la ley e interrumpiera el embarazo de la menor, que estaba cerca de entrar en la semana 29 de gestación.