Sin esfuerzo por entregar una historia que se sostenga durante sus 99 minutos, la película naufraga sin que se entiendan los pases de una escena a otra, el juego perverso de sus causas y consecuencias.
La huérfana: El origen, no logra redondear un relato efectivo y destacable como lo hizo la anterior, de la que conserva solo a su protagonista, la actriz Isabelle Fuhrman.
El prólogo nos lleva a Estonia, 2007, a un neuropsiquiátrico en el que se encuentra Leena, una mujer con un enanismo proporcionado que detuvo su crecimiento alrededor de los 10 años. Leena puede parecer una niña, pero es una mujer de 31 años, una estafadora excepcional y una psicópata capaz de matar con un lápiz.
Leena/Esther y Tricia regresan en avión a su casa de Connecticut, momento en el que se muestran las primeras metidas de pata de la pequeña impostora.La llegada inesperada de Esther, tras cuatro años desaparecida, emociona al padre, quien más la extrañaba y a quien la “niña” no tardará en conquistar con su talento para la pintura y su habilidad para tocar el piano, lo que también prepara el terreno para giros descabellados y dosis de humor.